¿Qué es la fructosa?

La fructosa es comúnmente conocida como el azúcar de la fruta, pero también es encontrada en la miel.

Al igual que el azúcar común o sacarías, esta contiene 4 kcal por gramo, lo que hace que debamos tener cierto cuidado al momento de ingerir este carbohidrato.

A diferencia de la glucosa, la fructosa es metabolizada y guardada como glucógeno (forma de almacenar energía para cuando sea necesario) gracias al hígado, para poder ser utilizado en situaciones de esfuerzo.

En los últimos años se ha evidenciado un gran aumento en el consumo de fructosa, pero no necesariamente por el alto consumo de frutas. Esto se debe a que éste tipo de azúcar se utiliza para endulzar muchísimos productos, como, por ejemplo, algunas marcas de yogurt descremado. Además de esto, la fructosa se vende como edulcorante en granos, promocionándolo como uno del tipo “Light”.

Existe un estudio donde se vio que al llegar la fructosa al hígado, este cesa su actividad para dedicarse exclusivamente a la metabolización de la fructosa, produciendo un aumento en los niveles de ghrelina (potenciador del apetito), disminuyendo la insulina y la leptina (ambas inhibidoras del apetito). El resultado de todo esto es un aumento del apetito, donde el sujeto ingiere más alimentos. Es por esto que la fructosa se ha relacionado con la obesidad y diabetes.

Lo importante no es evitar nunca las frutas, de hecho debemos consumir a lo menos dos porciones diarias,  ya que las frutas son muy importantes en la alimentación de todos y más aún cuando se realiza actividad física, ya que contienen una gran cantidad de antioxidantes, vitaminas y minerales muy importantes para el buen funcionamiento de nuestro organismo,

Lo que si debemos evitar es consumir productos procesados que contengan fructosa agregada. ¡A leer el etiquetado nutricional!